Los celos en la relación de pareja

Los celos son una respuesta emocional compleja que surge de la interpretación de una situación percibida como amenazante para una relación que para nosotros es valiosa. Aunque pueden ser considerados una emoción, no son una emoción primaria como pueden ser la alegría, tristeza o la ira; sino que son una experiencia que involucra sentimientos, pensamientos y comportamientos que, además, implica a otras emociones como pueden ser el miedo, la tristeza o la vergüenza.

Aunque los celos son una emoción natural, cuando estos se intensifican y vuelven persistentes pueden llevar asociados patrones de comportamiento que pueden resultar dañinos para nosotros mismos o para la otra persona, como por ejemplo la necesidad excesiva de control, desconfianza o la sobrecarga emocional; algo que acaba pasando factura a la relación.

El origen de los celos puede ser múltiple: desde experiencias pasadas de abandono o rechazo que disparan el miedo a perder a alguien importante, hasta traumas no procesados, patrones aprendidos de la forma de relacionarnos en nuestra familia o sistema de origen o incluso el propio contexto social y las normas culturales.

Los celos y la teoría del apego

Desde el punto de vista de los estilos de apego, existe una relación significativa entre estos y el estilo de apego predominante de la persona. La teoría de apego describe cómo las interacciones tempranas con nuestros cuidadores principales pueden influir en la manera que tenemos de relacionarnos en nuestra edad ya adulta. Estas maneras de relacionarnos se categorizan en los siguientes estilos de apego principales: seguro, ansioso, evitativo y desorganizado.

Las personas con un estilo de apego seguro tienden a tener relaciones más saludables y equilibradas, se sienten cómodos en la intimidad y suelen manejar los celos de una manera más constructiva y saludable mostrando sus sentimientos de una manera abierta y buscando resolver los problemas subyacentes de una manera colaborativa.

Las personas con estilo de apego ansioso temen ser abandonados o rechazados y necesitan de su pareja atención constante y validación. Suelen experimentar celos más intensos que las personas de apego seguro, tienen una mayor dependencia emocional y a menudo se sienten alerta buscando e interpretando rápidamente cualquier señal como una amenaza para la relación.

Las personas con un estilo de apego evitativo a menudo se distancian emocionalmente de sus parejas e incluso pueden llegar a suprimir o negar sus celos ya que reconocerlos sería admitir su dependencia emocional y vulnerabilidad. Ante un episodio de celos suele ser frecuente que se retiren aún más de la relación.

El estilo de apego desorganizado suele combinar respuestas de apego ansioso y de apego evitativo mostrando a menudo respuestas de celos totalmente contradictorias con comportamientos extremos y desproporcionados como respuesta a los celos.

Aunque nuestros estilos de apego varían con la terapia, el autoconocimiento y el desarrollo personal, reconocer el estilo que emerge en la relación de pareja puede ser un primer paso para comprender nuestras respuestas emocionales y trabajarnos a nivel personal.

Abordar constructivamente los celos

La aparición de los celos en una relación es, frecuentemente, una señal de que algo requiere o necesita atención. Afrontarlos de una manera constructiva implica reconocer y aceptar la emoción y su abordaje requiere de una aproximación multifacética en la que se trabaje autoestima e inseguridades, gestión emocional, una comunicación en la pareja abierta y honesta y el fomento de la confianza y el respeto por la individualidad de cada uno.

Desde un punto de vista más transpersonal, los celos pueden ser vistos como una oportunidad para nuestro crecimiento como personas. Nuestras emociones y experiencias humanas pueden ser una puerta para una conexión más profunda con nosotros mismos y con algo más grande que nosotros.

Habitualmente los celos pueden ser interpretados como un reflejo de nuestras inseguridades, nuestros miedos y nuestras heridas internas; y son una invitación para mirar hacia adentro e iniciar un proceso de integración de aquellas partes de nosotros que requieren de sanación y comprensión, convirtiéndose en un valiosísimo catalizador para el autoconocimiento.

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