Apego, estilos de apego y su influencia en nuestro desarrollo como personas

Los estilos de apego son un conjunto de patrones de comportamiento y de actitudes que una persona desarrolla en relación a la intimidad y las relaciones interpersonales. Estos estilos de apego se desarrollan a lo largo de la vida, pero están especialmente influenciados por las experiencias tempranas de vínculo emocional que se establecen con los cuidadores principales durante la infancia. Los cuidadores principales en la infancia son habitualmente los padres, y especialmente la madre en la infancia más temprana.

Durante los primeros años de vida, el bebé depende completamente de sus cuidadores principales para su supervivencia y para satisfacer sus necesidades básicas y emocionales.

Cuando nacemos, fisiológicamente, nuestro cerebro aún no está desarrollado. En su libro “The Developing Mind”, el neuropsiquiatra Daniel J. Siegel cuenta como los vínculos interpersonales configuran la conexiones neuronales, de las cuales emerge la mente; y afirma que las primeras experiencias de apego (con nuestros cuidadores de la infancia) y las relaciones interpersonales, pueden influir en la forma en que se desarrollan nuestras redes neuronales en el cerebro, afectando a nuestra salud emocional y mental a lo largo de la vida.

Desde nuestra concepción, nuestra fisiología se forma a través de la relación con otras personas. Estas relaciones dan estructura, y además configuran nuestra forma de ver el mundo, nuestras creencias sobre los demás, sobre nosotros mismos y sobre la vida en general.

La teoría del apego se basa en la propia naturaleza social del ser humano y en su necesidad de contacto con y de relación los otros. La figura de apego (ya sea madre/padre/cuidador) es fundamental para que el bebé se sienta seguro, para a partir de ahí permitirse explorar el mundo.

Si la figura de apego falla a la hora de proporcionar esa seguridad, el bebé no explora, sino que dedica sus esfuerzos al mantenimiento de la seguridad, en detrimento del aprendizaje y la exploración. Por ejemplo, aprende a calmar a mamá o a papá para sentirse seguro).

Es en esas relaciones tempranas de nuestra vida, cuando comienza a configurarse nuestros estilos de apego. 

Estilos de apego

• Apego seguro: Son personas que, en su infancia, han tenido experiencias positivas con sus cuidadores principales y han aprendido a confiar en las personas, en la vida y en sí mismas. Se sienten seguras en las relaciones interpersonales.
• Apego evitativo: Estas personas, de bebés, han tenido una experiencia de apego incoherente con su cuidador. Por ejemplo, no ha respondido a las necesidades del bebé o ha estado emocionalmente ausente.  Las personas con un estilo de apego evitativo suelen tener dificultades para formar relaciones cercanas y duraderas debido a su tendencia a evitar la intimidad emocional. 
• Apego ansioso - Ambivalente: Estas personas han tenido experiencias en las que, de bebé, se han sentido inconsistentemente atendidos por sus cuidadores principales. Por ejemplo, en algunos momentos su mamá se mostraba amorosa y cercana y en otras fría y distante. Como resultado, estos bebés se sienten ansiosos e inseguros en la relación con sus cuidadores y tienen dificultad para confiar en ellos.
• Apego aislado: Habitualmente estas personas han tenido un déficit en la formación de un vínculo emocional niño-cuidador en la infancia o ante la ausencia de un cuidador.
• Apego desorganizado: se desarrolla cuando el bebé experimenta un conflicto interno en la relación con su cuidador. Por ejemplo, lo necesita para que cubra sus necesidades, pero tiene miedo de él o vive algún tipo de experiencia aterradora.

Los estilos de apego no son algo inmutable e inamovible. Pueden cambiar a lo largo de la vida en función de nuestras experiencias y relaciones vividas. El trabajo de desarrollo personal, la auto-regulación emocional y los procesos de terapia puede contribuir a cambiar el estilo de apego y a desarrollar habilidades para establecer relaciones más seguras y saludables. 

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