¿Cómo se forman los patrones familiares y qué impacto tienen en nuestra vida?

Los patrones familiares se forman a través de un proceso realmente complejo y dinámico. No solo emergen de las acciones y decisiones conscientes de los miembros de la familia, sino que también juega un papel fundamental las influencias subconscientes, históricas y contextuales en las que la familia vive.

Estos patrones no surgen de repente, sino que se consolidan a base de repeticiones e interacciones que se transmiten de generación en generación y algunos de los factores que contribuyen a su formación son:

• La transmisión transgeneracional y las influencias históricas: es muy frecuente que los patrones familiares tengan su origen en experiencias, comportamientos y asuntos de generaciones anteriores. Eventos significativos como la migración, guerras, crisis económicas o eventos personales y familiares, así como el trauma transgeneracional, pueden dejar una marca duradera en cómo se transmiten las historias, las actitudes y comportamientos que responden a ellos.
• El contexto histórico, cultural y social juega, también, un papel importantísimo en la formación de estos patrones basados en normas culturales, expectativas sociales o tradiciones y prácticas religiosas entre otras cosas. El contexto socioeconómico, el acceso a la educación y recursos económicos pueden influir, también en ciertos patrones dentro de la familia.
• Las experiencias compartidas en la familia como la muerte temprana de uno de los miembros, de un progenitor, una enfermedad o una crisis económica en la familia pueden dar lugar a patrones que afectan a las estrategias de afrontamiento, la comunicación, valores y creencias, el establecimiento de roles y dinámicas, etcétera. Estas experiencias pueden actuar como catalizadores en la formación de patrones.
• La adaptación al cambio: la familia se adapta a los cambios internos y externos y con ella los patrones familiares. Nuevos desafíos en la estructura familiar (un divorcio, una adopción, un segundo matrimonio, etcétera) e incluso desplazamientos geográficos, crisis económicas o pérdidas importantes pueden alterar los patrones ya existentes e incluso dar lugar a nuevos patrones.
• Las dinámicas de poder que se establecen en la familia y los roles que cada uno de los miembros adopta también son determinantes en la formación de estos patrones. Quién “lleva los pantalones” en casa, cómo es la relación de pareja de los progenitores, quién asume la responsabilidad de cuidar, de proveer, de mediar. Hay que tener en cuenta que en la familia se unen dos sistemas familiares con sus propios patrones: el sistema de la madre y el sistema del padre y todo esto genera un marco relacional del cual aprenderán los hijos.
• Las historias familiares juegan también un papel crucial en la creación y el refuerzo de patrones. Estas narrativas refuerzan la identidad y los valores familiares y también definen modelos arquetípicos de cómo tienen que ser las relaciones, el amor, el éxito, el manejo de la adversidad... Estas historias proporcionan un espejo en el cual los miembros del sistema familiar pueden verse reflejados.
• El aprendizaje durante la infancia: los niños aprenden observando y emulando el comportamiento de los adultos, especialmente de sus padres o cuidadores principales y en base a eso se forman ideas “arquetípicas” en relación a cómo relacionarse con los demás y con uno mismo, cómo comunicarse, el manejo de las emociones, la percepción de uno mismo, de los demás, del mundo, etc...

Las constelaciones familiares ofrecen un enfoque poderoso y gráfico para el abordaje de patrones y dinámicas familiares. Con ellas podemos identificar patrones ocultos, explorar soluciones alternativas y trabajar con los síntomas de traumas pasados. Además, fomenta la comprensión y la empatía entre los miembros familiares, por lo que también promueven la armonía y el crecimiento personal en el ámbito del sistema familiar.

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