Orden sistémico y rol: comprendiendo las dinámicas de nuestro sistema familiar
La mirada sistémica nos trae el principio de Orden Sistémico. Este principio viene a decir que cada individuo tiene un lugar en el sistema al que pertenece y es algo con lo que trabajamos muchísimo en Constelaciones, en Terapia e incluso en el Mundo de la Empresa a través de las intervenciones sistémicas.
La familia es un sistema y, por consiguiente, cada miembro de la familia tiene su lugar en el sistema. Es imposible dejar de ser padre de un hijo o hijo de un padre por mucho que nos llevemos bien o mal. Biológicamente es una realidad y es lo orgánico y como tal se ha de aceptar y decir sí a lo que es.
Algo muy diferente a ese “ser padre” es el rol, porque el rol se puede tomar, se puede dejar o incluso se puede cambiar por otro. El lugar sistémico se refiere a la posición o ubicación que ocupa la persona en la familia, y el rol se refiere a la función que desempeña la persona.
Así, por ejemplo, un padre que abandona el hogar de la familia (ya sea por defunción o por decisión propia), sistémicamente siempre será el padre de sus hijos; pero sin embargo deja de desempeñar el rol de proveedor/cuidador.
En una familia podemos encontrarnos diferentes roles. Estos roles son desempeñados tanto de manera consciente como inconsciente, y a menudo están influenciados por las expectativas culturales, las dinámicas familiares y las necesidades individuales y del propio sistema. Así, por ejemplo, podemos encontrar algunos roles familiares como:
- Proveedor/Proveedora: este es el rol tradicionalmente asociado con la figura paterna, aunque en la sociedad occidental actual es un rol compartido por los progenitores. El proveedor suele ser responsable de ganar el dinero necesario para mantener a la familia. Además, este rol a menudo implica brindar seguridad emocional y apoyo a los miembros de la familia.
- Cuidador/Cuidadora: rol tradicionalmente asociado a la figura materna. Generalmente asume la responsabilidad de cuidar a los hijos y mantener el hogar. También se espera que brinde apoyo emocional.
- Hijo Rebelde u oveja negra: el hijo rebelde es aquel que desafía las normas y reglas familiares de manera más pronunciada. Puede ser el foco de preocupación y conflicto en la familia debido a su comportamiento desafiante. El rebelde puede sentirse excluido, e incomprendido dentro de la familia. A menudo, detrás de este rol aparentemente disruptivo puede haber problemas subyacentes que requieren atención y resolución para mejorar la relación y la armonía en la familia.
- Hijo Mediador: este individuo tiende a intervenir en los conflictos familiares para tratar de calmar las tensiones y promover la armonía. Puede sentirse incómodo con la confrontación y busca mantener la paz en la familia.
- Pareja de mamá/papá: este rol se utiliza para describir una dinámica en la que un hijo asume un papel excesivamente cercano o dependiente de su madre/padre. Este papel puede llevar a una relación en la que el hijo actúa como confidente y apoyo para su madre/padre.
Cuando uno de los hijos asume alguno de estos roles citados es habitual que se produzcan tensiones dentro del sistema fruto de un desorden sistémico y un desgaste energético y emocional por parte de la persona que asume el rol que no le corresponde.
Así, por ejemplo, cuando una hija adopta el rol de cuidadora en una familia, significa que asume responsabilidades de cuidado y apoyo hacia otros miembros de la familia, como hermanos menores o incluso hacia los padres. Esto puede ocurrir por diversas razones y en diferentes circunstancias familiares y suele ser fruto de un mecanismo adaptativo del propio sistema para asegurar su continuidad y supervivencia.
Esta hija (lugar sistémico) que ha asumido ese rol que no le corresponde (cuidadora de la familia), enfrenta una carga emocional significativa, ya puede sentirse abrumada por las responsabilidades y el estrés de cuidar de los demás. Intenta llevar su vida y al mismo tiempo ejercer las funciones de “madre” o cuidadora.
El desorden sistémico (que no coincida tu lugar sistémico con tu rol) genera tensiones y fricciones en el seno del sistema familiar, nos genera un desgaste y nos impide ocupar nuestro lugar en la vida y en el mundo y, por consiguiente, asumir nuestra propia vida. Tomar consciencia de ello es un paso importantísimo para comenzar a trabajarlo y asumir nuestro propio lugar.
En Constelaciones y en Terapia trabajamos la identificación de patrones y desequilibrios en el sistema familiar para establecer un orden más saludable que promueva la armonía y el bienestar en la familia y en el individuo. Abordar las dinámicas familiares desde una perspectiva sistémica puede ser fundamental para resolver conflictos y mejorar las relaciones familiares.
En el ciclo de talleres sobre los principios sistémicos, podrás conocer más acerca del orden en el sistema familiar y los patrones de desorden.
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