Traumas transgeneracionales: algunos ejemplos

El trauma transgeneracional se refiera al impacto emocional y psicológico que no solo afectan a la persona que lo vivió directamente, sino que también pueden ser transmitidos a sus descendientes y de generación en generación, de manera inconsciente. Esto puede suceder a través de patrones de comportamiento, expresiones emocionales, creencias y narrativas emocionales, roles, aprendizaje social e incluso la cultura del silencio.

Comparto contigo algunos ejemplos que nos van a servir para ilustrar cómo pueden manifestarse estos traumas. Ten en cuenta que son ejemplos y que cada individuo es único, igual que lo es cada familia, por tanto la forma en que se manifiesta en cada familia es única.

Guerras y conflictos: las familias que han vivido guerras, conflictos armados o persecuciones política pueden transmitir el trauma de esas experiencias a las siguientes generaciones en forma de miedos, cultura del silencio, desconfianza hacia ciertos colectivos o grupo de personas, idealización o demonización de ideologías o nacionalidades, depresión, etcétera.

La migración forzada, ya sea por motivos económicos, políticos o de supervivencia, también puede dejar una profunda huella en las familias. Las generaciones futuras pueden heredar sentimientos de desarraigo, pérdida de identidad personal o cultural e incluso en ocasiones presentar dificultades con la pertenencia; algo que conlleva una importante sensación de soledad e indefensión.

Abuso y negligencia: los patrones de abuso físico, emocional o sexual, así como la negligencia dentro de una familia también pueden perpetuarse en forma de dinámicas normalizadas dentro del núcleo familiar. Cultura del silencio, actitudes a la defensiva, represión de algunas emociones pueden ser alguna de estas dinámicas.

Las pérdidas significativas, como puede ser la muerte de un ser querido, si no se aborda de una manera sana, pueden dar lugar a un duelo no procesado que se transmite a los descendientes y que puede manifestarse en miedo y ansiedad ante la pérdida de seres queridos, dificultad para vincularse y establecer relaciones estables o en ansiedad por separación.

Las familias que han sufrido discriminación o marginación debido a su raza, etnia, género u orientación sexual, pueden transmitir el impacto de esa experiencia en forma de miedo, desconfianza, resentimientos, problemas de autoestima.

Los secretos familiares, como puede ser hijos fuera del matrimonio, enfermedades mentales o crímenes ocultos, pueden contribuir a crear un clima de desconfianza y ansiedad que se transmite a generaciones futuras. También es posible que se transmitan patrones que tienen que ver con la evitación de establecer relaciones o de tener comunicaciones difíciles o, por ejemplo, sentimientos de vergüenza.

Pérdidas tempranas: el trauma generado por las pérdidas tempranas de hijos o de los progenitores puede dejar una profunda huella en las generaciones futuras que se puede manifestar en forma de depresión, dificultades para vincularse de una manera saludable con otras personas, problemas para tener hijos o miedos irracionales, entre otras cosas.

Somos el resultado de nuestra historia y de generaciones de ancestros cuyas vidas han dejado huellas en nuestra propia vida. Aunque no siempre somos conscientes de ello, muchos de los desafíos, conflictos, automatismos y bloqueos que enfrentamos en nuestra vida cotidiana tienen sus raíces en traumas transgeneracionales no procesados ni integrados.

Es importante reconocer que el trauma transgeneracional puede tener un impacto importante en nuestras vidas, pero también lo es reconocer la gran capacidad de resiliencia y sanación que hay en las familias. A través de la terapia, el autoconocimiento o herramientas como las constelaciones, pueden transformarse patrones y narrativas familiares, interrumpiendo la transmisión de ese trauma a la siguiente generación y fomentando el bienestar de las generaciones presentes.