El rol del chivo expiatorio en la familia
En el ámbito familiar, uno de los roles que más interés y preocupación genera es el del chivo expiatorio. Este papel, asumido habitualmente por uno de los miembros de la familia, implica ser el destinatario frecuente de culpas y críticas, a menudo de manera injusta o desproporcionada. Este fenómeno no solo afecta profundamente a la persona que ostenta ese rol en cuestión, sino que también tiene implicaciones significativas para toda la familia y es un indicativo de una necesidad de resolver problemas más profundos dentro del sistema familiar.
El rol del chivo expiatorio en las familias se origina debido a una combinación de factores y dinámicas sistémicas, mayoritariamente inconscientes. Algunas de las razones principales por las que se forma este rol pueden ser:
- Como un mecanismo de defensa y proyección: uno de los mecanismos de defensa más comunes en las dinámicas humanas es la proyección, donde una persona o grupo proyecta sentimientos, defectos, y miedos internos no deseados sobre otra persona. En el contexto familiar, esto se manifiesta cuando los miembros de la familia atribuyen colectivamente las culpas y fallas a un individuo, permitiéndoles enfrentar menos directamente sus propios problemas o tensiones internas. Este proceso ayuda a otros miembros a evitar la autoevaluación y la culpa, dirigiendo el foco hacia fuera en lugar de hacia dentro, algo que de por sí puede constituir un patrón familiar.
- Búsqueda del equilibrio y de la estabilidad familiar: cuando surgen problemas o conflictos, en ocasiones, en lugar de abordar estos desafíos de manera abierta y constructiva, puede ser psicológicamente más sencillo asignar un chivo expiatorio. Este rol permite a la familia sentir que está controlando la situación al "solucionar" el problema a través de culpar a un miembro, lo cual, superficialmente, parece restaurar el orden y reduce la tensión inmediata entre el resto de los miembros.
- Distracción de problemas mayores: El chivo expiatorio también sirve como una distracción de problemas más significativos o profundos dentro de la familia. Al centrar la atención en los defectos o errores del miembro de la familia que desempeña ese rol, los otros miembros pueden ignorar o minimizar sus propios problemas o los problemas estructurales dentro de la familia. Esto puede ser particularmente prevalente en familias donde discutir ciertos temas es tabú o suele ser evitado.
- Búsqueda de la cohesión a través del conflicto: curiosamente, el hecho de designar un chivo expiatorio puede aumentar la cohesión entre los demás miembros de la familia, que pueden unirse en su percepción y trato hacia el miembro señalado. Este proceso de "nosotros contra él/ellos puede fortalecer los lazos entre algunos miembros de la familia al compartir un “enemigo común”, aunque esta cohesión es disfuncional y profundamente dañina.
- Repetición de patrones familiares: Muchas veces, el rol del chivo expiatorio se transmite de generación en generación. Si en la historia familiar ha habido individuos que ocuparon este rol, es probable que estos patrones se repitan, ya sea por modelado de comportamientos o por las narrativas que se perpetúan en la familia de generación en generación. Estos roles se vuelven parte de la identidad familiar y son difíciles de romper sin una intervención consciente.
Impacto psicológico y emocional
Las consecuencias de ser etiquetado como el chivo expiatorio en la familia son profundamente perjudiciales y dañinas para la persona que desempeña ese rol. A nivel emocional, puede conllevar a sentimientos de no sentirse adecuado o válido, baja autoestima, vergüenza, culpa y sentimientos de no encajar y no pertenencia, aislamiento y soledad que pueden generar ansiedad, depresión y dificultades en la formación de relaciones saludables fuera del núcleo familiar.
La constante exposición a la crítica y a la culpa puede llevar a que la persona adopte estas percepciones negativas del resto de los miembros de la familia, como propias; afectando su propia imagen y su comportamiento; y la exposición continua al conflicto y al rechazo puede hacer que la persona sea más susceptible al estrés y menos capaz de manejar presiones externas de manera saludable.
Desempeñar el rol de chivo expiatorio también puede tener consecuencias a nivel social y relacional. Los patrones de interacción aprendidos en el entorno familiar pueden trasladarse a otras relaciones, llevando a generar dinámicas en amistades y relaciones románticas donde puede presentar dificultades para confiar, temor al conflicto o hipersensibilidad a la crítica.
En el ámbito de la terapia familiar el rol del chivo expiatorio no solo afecta al miembro designado como tal, sino que también sirve a funciones específicas dentro de la familia. El primer paso es reconocer la presencia y las funciones del rol del chivo expiatorio dentro de la familia.
Para la persona que ha desempeñado el rol de chivo expiatorio en la familia, es crucial trabajar en la sanación de estas heridas pasadas. La terapia puede ser muy beneficiosa en este proceso, ayudando a la persona a desarrollar una mayor autoconciencia, una integración de su personalidad, a trabajar en la construcción de la autoestima, y a aprender patrones de comunicación y comportamiento más saludables en sus relaciones íntimas.
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