Los abortos en constelaciones familiares
Desde la mirada sistémica y la perspectiva de las constelaciones familiares, el aborto es un evento significativo que debe ser reconocido dentro del sistema y aunque representan una experiencia significativa para los padres y el sistema familiar, muchas veces se tienden a ignorar o incluso a suprimir debido a una serie de factores que hacen que el reconocimiento de estos hijos no nacidos sea difícil o doloroso.
Uno de los principales motivos por los que los abortos son excluidos es el dolor emocional que los rodea. Para muchas madres y padres, la experiencia de la pérdida de un hijo no nacido ya sea espontáneo o provocado, puede ser extremadamente dolorosa y traumática. Este dolor puede ser tan grande que, en lugar de enfrentarlo y procesarlo, los padres, especialmente la madre, lo reprimen por miedo a revivir el trauma o por no saber cómo afrontar el duelo y para ello intentan olvidarlo como mecanismo de defensa.
En otros casos, especialmente cuando se trata de una interrupción voluntaria del embarazo puede llevar asociado sentimientos de culpa y vergüenza originados en creencias personales, religiosas o culturales. El aborto en sí se convierte en un tema tabú que es más fácil ignorar que enfrentar. Podemos incluso llegar a negar que ese hijo (no nacido) existió, como una manera de evitar enfrentar las emociones asociadas a la decisión de no continuar con el embarazo.
La sociedad no siempre contribuye al reconocimiento del aborto. Mientras que las muertes físicas de personas ya nacidas tienen ritos formales como funerales, los abortos suelen carecer de un espacio cultural que permita procesar y reconocer la pérdida. Esto lleva a que en muchos casos se minimice su importancia, especialmente si esto ocurrió en las primeras fases del embarazo, esta actitud puede llevar a la negación de la importancia de la pérdida, negándole su lugar en la familia o no dándose permiso para procesar un duelo.
Lo que sí está claro es que, desde el punto de vista sistémico, los abortos ya sean espontáneos o provocados, crean un vacío dentro del sistema familiar que puede tener consecuencias si no se aborda. En este sentido, existen los principios sistémicos tienen mucho que aportarnos.
Los principios sistémicos y el aborto
Según el principio de pertenencia, todos los miembros del sistema familiar tienen derecho a pertenecer, incluyendo a los hijos no nacidos. Si un aborto no se reconoce, ese ser puede quedar excluido del sistema, generando un vacío que afecta a los demás miembros, sobre todo a los hermanos.
En el sistema familiar, hay un orden natural basado en la temporalidad. Los hijos llegan al sistema en un orden cronológico, y el hecho de que un hijo no nacido sea ignorado o excluido va a alterar este orden. Por ejemplo, si una mujer ha tenido un aborto y luego tiene más hijos, los hijos nacidos podrían ocupar inconscientemente el lugar del hermano no nacido, generando confusión interna y dificultades emocionales.
El principio del equilibrio también puede verse afectado por el aborto, sobre todo en el caso de los padres. Cuando experimentamos culpa, vergüenza o dolor no resuelto, nuestra atención queda atrapada en ello, impidiéndonos estar plenamente presentes para los hijos. Estos sentimientos pueden crear desbalances en las relaciones familiares si no se manejan adecuadamente.
El impacto de un aborto en la familia
Cuando un aborto no es reconocido o integrado en el sistema familiar, el impacto puede manifestarse de diversas maneras, y afecta tanto a los padres como a los hijos. Estos efectos suelen ser inconscientes, lo que significa que las personas pueden no darse cuenta de que sus emociones, comportamientos o problemas de salud están vinculados a un aborto no reconocido.
Es posible que, especialmente la madre, pueden sentir una profunda culpa o tristeza tras un aborto, incluso si no lo reconocen conscientemente (a veces lo niega por proteger a sus hijos). Como decíamos anteriores, atrapan nuestra atención e impiden que estemos plenamente presentes. Estas emociones no procesadas pueden afectar la dinámica de la pareja, y también a la disponibilidad y conexión emocional para con los hijos nacidos, así como a su propio bienestar emocional.
Los hijos nacidos después de un aborto también pueden sentir, de manera inconsciente, que hay "algo" o "alguien" que está faltando en la familia, esto puede generarles sentimientos de vacío o culpa. A menudo, estos niños no entienden el origen de estas emociones, ya que no son conscientes del aborto. También pueden sentirse confusos en relación a su rol y lugar en la familia, así como manifestar ciertas lealtades invisibles hacia el hermanito no nacido. Tal vez sea una tristeza inexplicable, dificultades para prosperar en la vida o problemas de salud. En todo esto juega un papel importantísimo las experiencias perinatales que vive el hijo en el vientre de su madre. Durante esa etapa de la vida, el niño experimenta las mismas emociones que su madre viviéndolas como propias ya que no tiene una conciencia de ser algo diferente a ella.
El aborto también puede afectar a la relación de pareja, especialmente si uno de los miembros no procesa adecuadamente el duelo o la culpa. A veces, la relación se enfría o puede que se generen conflictos no resueltos que se arrastran a lo largo del tiempo. La pareja puede incluso vivir una desconexión emocional que, sin saberlo, que tiene su raíz en el duelo no expresado por el aborto.
Trabajar el aborto en una constelación familiar
El primer paso a dar en una constelación, es reconocer que el hijo no nacido tiene un lugar en el sistema familiar. Este reconocimiento puede ser un momento profundamente sanador para los padres, ya que a menudo el aborto es un tema que se guarda en silencio o con vergüenza. Darle al hijo no nacido un lugar simbólico en la familia permite que tanto los padres como los hijos vivos puedan liberar emociones no expresadas y resolver las dinámicas no resueltas.
El segundo paso que damos es el de crear el espacio para que los padres procesen el duelo o la culpa asociada con el aborto. Muchas veces, las emociones relacionadas con el aborto son reprimidas o ignoradas, lo que impide una sanación completa. En la constelación, los padres pueden expresar sus sentimientos de manera segura y guiada, lo que les permite integrar el evento de una manera mucho más saludable y amorosa.
Y por último, el último paso a dar es el de liberar a los hijos nacidos posteriormente de las dinámicas inconscientes que los atan al aborto. El hacer consciente de la herida y la carga emocional que ha supuesto la experiencia del aborto permite que todo salga de lo inconsciente y que los padres sen consciente de cuál es el lugar correcto de cada uno de los hijos en las familias. Al hablar de ello, también liberan a sus hijos de cargar con las emociones o lealtades vinculadas al hermano no nacido.
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