Etapas del desarrollo de la conciencia en la Relación de Pareja
Hace un tiempo leí un libro que arrojó mucha luz en un momento importante de mi vida, uno de esos libros que saben a verdad y que, a medida que lo iba leyendo, iba recolocándome cosas que no había pensado, pero a las que mi cuerpo respondía como si en algún lugar profundo ya supiera. Luego te digo de qué libro hablo.
Este libro hablaba, entre otras cosas, sobre las etapas de la vida y la conciencia. El autor promulga que, igual que crecemos y nos desarrollamos a nivel psicofísico, también nos desarrollamos a nivel de conciencia.
Desde la edad adulta, y de manera independiente a nuestro desarrollo psicofísico, nuestra conciencia evoluciona influenciada por una interacción dinámica entre factores biológicos, psicológicos y sociales. Esta evolución de la consciencia juega un papel crucial en la forma en que nos relacionamos, e impacta en la calidad y en la dinámica de nuestras relaciones de pareja.
Podemos relacionarnos desde el estado de conciencia del niño que necesita del otro para sobrevivir y que se encuentra inmerso entre dos necesidades: la necesidad de adaptarse a la pareja para agradarle y sentir que así no va a perder la pertenencia; y la necesidad de ser uno mismo.
Podemos relacionarnos desde el estado de conciencia de adolescente que desea que las cosas sean como él o ella quieren que sean, y que tiene su atención y su energía atrapada en cómo deberían ser las cosas: cómo debería ser su pareja, cómo debería ser la relación, cómo debería ser la vida, etcétera. Esperando continuamente que él o ella cambie, o lo que es lo mismo: negando al otro y, al mismo tiempo, cargándole de expectativas y responsabilidades para que las cosas funcionen.
O podemos relacionarnos desde el estado de conciencia del adulto que simplemente dice "sí a lo que es". Ser adulto significa dejar de luchar contra lo que es orgánico, significa soltar, rendirse y dejar de luchar guerras infructuosas. No depende de nosotros que otras personas cambien, igual que tampoco podemos conseguir que lo que pasó sea de una manera diferente a la que fue.
Mientras seguimos enredados en el "quiero que las cosas sean como yo quiero que sean", nuestra atención está atrapada en esa resistencia. Cuando nos rendimos a ello, recuperamos la atención y podemos volver a nosotros mismos. La realidad es simplemente la que es.
Estar en el estado de conciencia del adulto no significa que no volvamos a caer en patrones antiguos o infantiles, claro que volveremos a caer. Lo que implica es que, desde el estado de conciencia del adulto, nos haremos cargo de ello. Conlleva la responsabilidad de hacernos cargo de nuestras acciones y necesidades, algo que nos hace conectar profundamente con nuestro poder personal y nuestra libertad.
Los estados de conciencia son otro aspecto que trabajaremos en profundidad en el programa online "Descubriendo mi yo en nosotros: crecer en pareja". Un curso muy potente para el crecimiento y la transformación personal que compartimos con mucha ilusión contigo. Te invito a que conozcas el programa.
Y, por cierto, el libro del que te hablaba al principio lleva por título: "La vida no tiene marcha atrás" y su autor es Wilfried Nelles.
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