El principio sistémico de orden en la relación de pareja

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El principio sistémico de orden en la relación de pareja

La principal razón por la que nos sentimos tan molestos, incómodos o enfadados cuando alguien se cuela en la cola del supermercado o cuando el recién llegado a la oficina pasa por encima de nosotros es porque se ha producido una alteración del principio del orden en un sistema (la cola del supermercado o la empresa). Los conflictos de orden generan mucha incomodidad y hasta enfado… “¿pero qué se ha creído?… ha llegado el último y mira dónde se ha puesto!”.

En el caso del sistema formado por una pareja, ambos miembros llegan simultáneamente a la pareja. No hay uno que llegue antes que el otro. Por tanto, quizás nos resulte confuso pensar en la pareja como un sistema donde haya que considerar el principio sistémico del Orden como algo a tener en cuenta…. nada más lejos de la realidad.

Las parejas anteriores

“Bienvenido tú y tu historia”. Esta frase que repite con frecuencia mi amigo Juan, está cargada de significado cuando hablamos del otro; y especialmente si nos referimos al ámbito de la pareja. Dar la bienvenida a nuestra pareja y a la historia de nuestra pareja es acoger al otro tal como es y darle pertenencia en su totalidad; pero además implica también asentir en el caso de que nosotros no seamos su primera pareja.

Si nuestra pareja tuvo relaciones anteriores o incluso llegó a casarse con anterioridad a la relación actual, tenemos que entender y aceptar que esas relaciones existieron y que no somos el/la primera y es probable que tampoco el/la segunda o el/la tercera.

Honrar el lugar que ocupan las ex-parejas en la vida de nuestra pareja implica honrar la historia de nuestra pareja. Él o ella es la persona que es también por lo vivido en sus relaciones anteriores. Además, hay que tener en cuenta que si actualmente tenemos una relación con esa persona es porque precisamente esas personas han pasado al estatus de “ex-parejas”. Esto es y siempre será así independientemente de si nuestra pareja llegó a casarse o a tener hijos.

Si excluimos o pretendemos excluir (por ejemplo evitando hablar de…) a alguna de las ex-parejas de nuestra actual pareja, es muy probable que acabemos como esa ex-pareja. Cuando esto sucede, de alguna manera estamos excluyendo una parte de la vida de nuestra pareja.

 

Así mismo, sanar rupturas anteriores aunque sea de manera simbólica, puede contribuir a recuperar parte de nuestra atención atrapada, inconscientemente, en ese episodio y estar más disponible para nuestra pareja.

Hacer de padre o madre al otro

Cuando uno de los miembros de la pareja hace de padre o de madre al otro miembro, se produce una alteración del principio sistémico del orden. El miembro de la pareja que hace de progenitor se coloca en un lugar sistémico que no le corresponde, como consecuencia de esto es muy probable que el otro proyecte “madre” o “padre” en la parte contraria con la correspondiente incomodidad que esto acarrea.

La persona que ha pasado a “ejercer” de progenitor no está ocupando realmente su lugar en la pareja, no existe una relación entre iguales, y es muy posible que se genere una cierta confusión de roles y que la conexión íntima y/o sexual que nace en una relación de pareja acabe resintiéndose.

Cuando un miembro de la pareja “parentifica” deja de ser una relación entre iguales y el espacio de la pareja se desvanece

No hay culpables cuando esto sucede, simplemente sucede y se trata únicamente de tomar conciencia de ello y de reclamar cada uno su lugar como pareja, tanto el que ha tomado el rol de “padre” como el de “hijo”.

Los padres también llegaron primero

Otra de las consideraciones, relacionadas con el orden sistémico y con la historia de nuestra pareja, que hay que tener en cuenta es el hecho de que Los Padres de nuestra pareja llegaron primero que nosotros. No sólo se “conocieron” antes sino que nuestra pareja es genéticamente 50% su padre y 50% su madre; a ellos les debe la vida.

Si tenemos una mala relación con el padre o la madre de nuestra pareja y dejamos que esto contamine nuestra relación, sí o sí, va a suponer un conflicto. Para tu pareja ellos llegaron primero. Cada vez que hablas mal a un progenitor de tu pareja estás, de alguna manera, atacándole a él por esa genética que le representa. Honrar el amor que nuestra pareja tiene por sus padres, independientemente de si nos caen bien o no, es de nuevo dar pertenencia a tu pareja en su totalidad, reforzar la relación de pareja y asentir con el lugar que él o ella ocupa en el mundo (el de hijo de sus padres).

Ocupar tu lugar en el sistema y dar la bienvenida y acoger al otro y a su historia son dos formas de cuidar el principio del Orden en la relación de pareja. Un principio que junto al cuidado de los principios de Pertenencia y Equilibrio concluyen en una buena relación de pareja.

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