Perderse en la relación de pareja
La relación de pareja es un reto y un auténtico camino de crecimiento. Somos seres sociales y como tales anhelamos la pertenencia y, en mayor o menor medida el contacto físico. Tal vez eso explique también ese anhelo de tener una pareja que tienen algunas personas; e incluso de conservarla casi a toda costa.
El concepto de pareja es un concepto, en cierta medida arquetípico. Inconscientemente todos tenemos una idea de cómo “tiene” que ser nuestra pareja. Pero también tenemos una idea inconsciente de cómo tenemos que ser nosotros como pareja para ser aceptados por el otro.
Tenemos una idea inconsciente de cómo tenemos que ser como pareja para ser aceptados por el otro
Quizás alguna vez te “has perdido” en una relación de pareja. O tal vez has sentido que ya no te reconoces, que no sabes quién eres, que has perdido la conexión contigo misma o contigo mismo.
En ese encajar en lo que creemos que es la idea arquetípica de pareja del otro, muchas veces acabamos renunciando a partes importantes de nosotros. Por gustar, por ser aceptados, por no generar conflicto; por no arriesgarnos a que nos abandonen. Esto nos pasa en la pareja, pero también en otros muchos ámbitos, y en esa traición acabamos perdiéndonos como personas.
No perder el amor/aceptación del otro acaba siendo más importante casi que nosotros mismos. Pero ¿Cómo nos va a amar o aceptar el otro si estamos siendo alguien que realmente no somos?. En esos casos, estamos fingiendo, no siendo auténticos y no mostrándonos tal como somos. Sistémicamente estamos excluyendo una parte nuestra.
El verdadero reto no está en amar al otro, sino en amar esa parte de mí que me empeño en excluir para sentirme amada/o o aceptada/o por el otro.
Cuando hablamos de pareja, hablamos también de “entregarse”. En la ceremonia católica se utiliza la fórmula “Yo me entrego a ti y prometo serte fiel”. Quizás deberíamos empezar a cambiarla por un “Yo me entrego y prometo serme fiel”. Porque la entrega no es “darse” en posesión, entregar es rendirse a lo que es. Decir aquí estoy y así soy. No tengo resquicios ni dobleces y me abro a la vulnerabilidad de mostrarme tal como soy para que puedas tomarme tal como soy.
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