La diferencia entre emoción y sentimiento
En el ámbito del autoconocimiento y aunque a menudo se utilizan de manera intercambiable, es importante distinguir la diferencia entre emoción y sentimiento ya que representan fenómenos muy diferentes en nuestra propia experiencia interna.
¿Qué es una emoción?
Las emociones son reacciones psicofisiológicas a estímulos internos o externos. Son respuestas rápidas, automáticas e inmediatas ante un estímulo. Se caracterizan por cambios en nuestro cuerpo, como puede ser el aumento del ritmo cardiaco, la sudoración, cambios en la respiración o la liberación de hormonas, entre otros. En una emoción no interviene el pensamiento, sino que pasa única y exclusivamente por ser una respuesta corporal.
Las emociones son respuestas rápidas y automáticas que suelen tener una duración breve que va de unos segundos a unos minutos dependiendo del propio estímulo. Son experiencias universales compartidas por todos los seres humanos. Todos tenemos emociones.
Las emociones además tienen una función adaptativa que contribuye a nuestra supervivencia. Así, por ejemplo, el miedo nos prepara para la lucha o la huida ante una amenaza. La alegría ayuda a fortalecer las relaciones sociales, a reducir nuestro estrés y a promover la salud mental y física; la tristeza puede servir como una señal de que necesita ayuda y puede fomentar la empatía de otros además de promocionar la reflexión y el aprendizaje de experiencias pasadas; la ira nos llena de energía para enfrentarnos a amenazas y defendernos, puede ayudarnos a señalar injusticias y/o ser una motivación para el cambio y la autoafirmación, etcétera.
¿Qué ese un sentimiento?
Por otro lado, los sentimientos, son la interpretación consciente de las emociones. Son las experiencias subjetivas que resultan de pensar y reflexionar sobre una emoción e implican una evaluación consciente y una interpretación de lo que está sucediendo a nuestro alrededor.
Un sentimiento es un proceso consciente que puede durar mucho más tiempo que las emociones, desde horas hasta días o más. Los sentimientos son altamente subjetivos y varían según la experiencia, la historia de la persona que lo experimenta y la interpretación que hace de las emociones que está viviendo.
Por lo general, los sentimientos suelen ser más complejos que las emociones, ya que pueden constituirse por una mezcla de varias emociones, pensamientos e incluso conclusiones.
Pongamos un ejemplo práctico: imagina que vas por la calle y alguien te grita, inicialmente tu reacción podría ser de miedo o incluso de ira. Es una respuesta inmediata y automática en tu cuerpo que quizás se manifieste por un cambio brusco en la respiración, una tensión muscular o incluso un “respingo” o retirada. Esta respuesta física puede tener una duración corta que va de un par de segundos a unos minutos, pero, una vez ha pasado la emoción, comenzamos a reflexionar sobre lo que ha pasado. Puede que nos hayamos sentido heridos, humillados o incluso apenados por la otra persona. Esta reflexión consciente es el sentimiento.
En realidad, usando una metáfora, las emociones son la chispa que desencadena el fuego. Distinguir entre emoción y sentimiento es un paso importante en nuestra gestión emocional, a partir de esta podemos observar cómo tras esas reacciones automáticas de nuestro cuerpo entran en juego nuestros procesos mentales de manera subjetiva. Al desarrollar nuestra capacidad de distinguir ambos y de reflexionar sobre ello, podemos incrementar nuestra autoconciencia y mejorar nuestra inteligencia emocional.
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