El dolor de las comunicaciones no expresadas
¿Has experimentado alguna vez ese dolor que se produce en la garganta cuando estás resistiendo llorar?. Tragarte el llanto es lo que yo llamo una comunicación no entregada. Porque cuando hablo de comunicación no me refiero sólo al decir, al contar; hablo de expresión en todos los sentidos. Callarse algo puede llegar a producir un cierto dolor emocional, y hasta físico.
Las comunicaciones no entregadas representa todo aquello que callamos pero que sin embargo estamos deseando o necesitando decir/hacer.
A medida que nos callamos y que nos silenciamos vamos constriñendo nuestro ser, la mayoría de las veces, con el objetivo de encajar en un personaje, una careta o un arquetipo de aquello que creemos que debemos ser y que puede estar modelado por expectativas propias, de otros o de la propia sociedad.
Pongamos algunos ejemplos:
- La/él supermadre/superpadre que es fuerte y puede con todo.
- El/la que nunca se enfada
- El/la niño/a bueno y modélico
Callarse aquello que necesitamos comunicar requiere un esfuerzo. Requiere una represión, un fingir... y ese esfuerzo atrapa nuestra atención, nuestra energía; de forma y manera que en vez de estar plenamente presentes en la vida, una parte de nuestra atención tiene que estar ocupada en evitar que digamos/expresemos aquello que nos estamos callando o no comunicando.
Callarse aquello que necesitamos expresar es, de alguna manera, excluir una parte nuestra, traicionarnos un poquito o un mucho. Estas comunicaciones no entregadas contribuyen, además, a que nos sintamos víctimas de las circunstancias. Nos sentimos menos libres y renunciamos a una parte de nuestro poder personal, nos limitamos. Y esto no tiene nada ver con el otro, sino que es una cuestión de nosotros con nosotros mismos
Este silencio autoimpuesto también tiene consecuencias para el otro (el destinatario de la comunicación). Le genera desconcierto. Sabe que nos pasa algo pero no sabe lo que nos pasa, simplemente nos nota diferentes.
El silencio genera exclusión y cuando eso sucede; el otro se empieza a sentir desconectado contigo, y tú también un poco. Además para que en una relación se alcance un cierto grado de intimidad, uno debe mostrarse tal como es y aceptar al otro tal como es. Cuando callamos no estamos mostrándonos tal como somos y estamos excluyendo una parte importante de nosotros.
Pero ¿Por qué nos callamos esas comunicaciones?
El miedo es el principal motivo por el que nos callamos. A veces es un miedo a hacer daño pero sobre todo es un miedo relacionado de nuevo con el sentirse excluido, con el rechazo. Quizás lo disfracemos de cobardía o de inseguridad o timidez, pero por debajo de la línea de flotación solemos encontrar un tremendo miedo a sentirnos rechazados, excluidos, no aprobados.
¿Qué nos callamos?
Dentro de estas comunicaciones no entregadas en las relaciones con otras personas, casi siempre están relacionadas con 4 cuestiones que, yo personalmente, considero primordiales para construir relaciones auténticas
- Estoy enfadado
- Lo que me gusta de ti
- Te quiero/Te amo
- Lo siento (que no es lo mismo que pedir perdón)
Si te apetece explorar más acerca de esas comunicaciones no entregadas puedes inscribirte al curso "Descubriendo mi yo en nosotros: crecer en pareja", donde encontrarás un taller específico para trabajarlas.
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