El apego seguro en el niño y el bebé

El apego seguro es un tipo de apego saludable que se desarrolla entre los bebés y sus cuidadores principales. Habitualmente sus cuidadores principales son los padres, especialmente la madre en su infancia más temprana.

Como todos los tipos de apego, se desarrolla a partir de las experiencias emocionales tempranas que tenemos en nuestra infancia con nuestros cuidadores principales, y nos ayuda a construir relaciones basadas en la confianza, el respeto y el amor.

Cuando el cuidador es sensible y receptivo a las necesidades del bebé y le calma en sus momentos de angustia, el niño crece con una sensación de seguridad que facilita su exploración del mundo y el aprendizaje.

Estos niños, al crecer, suelen ser más independientes y seguros de sí mismos que los que tienen otros estilos de apego menos saludables.

El apego seguro en el bebé

Algunas características del niño con apego seguro incluyen:

• Confianza y predictibilidad: el niño confía en que su cuidador estará allí para él cuando lo necesite y crece sintiendo que el mundo es seguro y predecible.
• Comunicación efectiva: el cuidador es sensible y responde a las señales del bebé, lo que permite una comunicación efectiva.
• Exploración: el niño, al sentirse seguro, se siente capaz de explorar el mundo que lo rodea, sabiendo que su cuidador está cerca si lo necesita.
• Regulación emocional: el bebé, cuando es pequeño no tiene la capacidad de calmarse solo. El cuidador ayuda al niño a regular sus emociones y a encontrar maneras saludables de lidiar con el estrés y la ansiedad.

Estos niños, ya de adultos, van a tender a tener una visión positiva y saludable del mundo, de la vida, de los demás y de sí mismas. Debido a que han desarrollado relaciones seguras y estables en la infancia, tienen una base sólida para desarrollar relaciones saludables en la vida adulta.