Algunos mitos sobre las constelaciones

constelaciones familiares
Algunos mitos sobre las constelaciones

Las Constelaciones Familiares, son unas herramientas que sirven para traer al consciente lo que está en el inconsciente y que nos permiten arrojar luz sobre las dinámicas inconscientes que operan en los sistemas familiares que, en muchas ocasiones, están generando sufrimiento y tensiones en el seno de la familia o en alguno de sus miembros.

A medida que su uso se ha extendido y ha ido ganando en popularidad, han surgido también algunos mitos y malentendidos que han contribuido a distorsionar su auténtica esencia y generan cierta confusión entre algunas personas que se acercan a ellas con la intención de comprender mejor lo que está sucediendo en su vida, en alguna relación o en su familia. Aquí vamos a intentar arrojar luz sobre algunos de los mitos más comunes, aclarando acerca de los fundamentos de esta herramienta, su función y aplicación.

Mito #1: "Las constelaciones son místicas o esotéricas"

Uno de los mitos más extendidos sobre las constelaciones familiares es que se trata de un proceso "mágico" o "esotérico" porque realmente no es fácil explicar cómo funcionan. Cuando alguien me pregunta acerca de cómo es esto de la constelación yo siempre le contesto que intentar explicar cómo funciona es como intentar explicar lo inexplicable. Es algo que solo se puede entender si lo experimentas.

Existen diversas teorías que intentan explicar el funcionamiento de las constelaciones, pero lo cierto es que la ciencia todavía no ha conseguido explicarlo, al igual que tampoco ha logrado explicar cuestiones como el origen de la materia oscura, el efecto placebo, por qué soñamos o incluso el comportamiento subatómico de la fuerza de la gravedad.

Aunque los resultados de una constelación pueden parecer sorprendentes, las constelaciones familiares no son una práctica esotérica ni mágica. En realidad, están basadas en principios sistémicos y psicológicos. Aunque la ciencia no ha conseguido aún arrojar luz acerca del conocimiento representativo, la epigenética está dando pasos de gigante a la hora de explicar cómo las condiciones ambientales, culturales y las experiencias vividas por nuestros ancestros, pueden influir significativamente en nosotros.

Una constelación, en sí, no involucra ningún tipo de energía sobrenatural ni magia; se basa en la idea de que las personas están conectadas a través de campos relacionales que influyen en sus comportamientos y emociones. Al desplegar una constelación, los representantes (ya sean personas o figuras) tienden a reflejar las dinámicas familiares de manera simbólica, lo que facilita que esas interacciones ocultas salgan a la luz.

Mito #2: "Las constelaciones son una forma rápida de solucionar nuestros problemas"

Otro mito común es la creencia de que una constelación familiar resolverá todos los problemas de la persona de manera instantánea. Algunas personas esperan resultados inmediatos y profundos tras una constelación, creyendo que todos los conflictos familiares desaparecerán por arte de magia, así, sin más esfuerzo.

Aunque las constelaciones familiares pueden generar un gran cambio a nivel sistémico y emocional, no son de ninguna una solución milagrosa ni rápida para todos los problemas. El proceso puede proporcionar importantes revelaciones y desbloquear dinámicas familiares ocultas, pero con mucha frecuencia los efectos son graduales y, además, en ocasiones lo que hacen es abrir un proceso sobre el cual luego debemos tomar responsabilidad a través de la terapia, cambios de hábitos y dinámicas, etcétera. Después de una constelación, puede que necesitemos tiempo para procesar los cambios y asimilar los nuevos conocimientos.

Mito #3: "Solo pueden constelarse problemas familiares"

También existe la idea errónea de que las constelaciones familiares solo pueden abordar problemas estrictamente relacionados con la familia o las relaciones familiares. Aunque el enfoque principal de las constelaciones familiares es desentrañar dinámicas dentro del sistema familiar, su aplicación va mucho más allá de los problemas familiares estrictamente. Las constelaciones pueden ser utilizadas para trabajar sobre una amplia gama de temas, incluyendo dificultades laborales, bloqueos personales, problemas económicos, conflictos relacionales de todo tipo (pareja, amigos, colegas) y cualquier tema que en la vida actual esté suponiendo algún tipo de incomodidad o sufrimiento. Todo lo que tenga que ver con un sistema (conjunto de personas o elementos entre los cuales existe una relación que tiene un sentido) y lo cierto es que pertenecemos a múltiples sistemas (la empresa, el grupo de amigos, el equipo, etcétera) y al mismo tiempo nosotros mismos somos un sistema donde conviven diferentes emociones, creencias, comportamientos, partes de personalidad que muchas veces enfrentan conflictos.

Mito #4: "La culpa de todo la tiene la familia o el linaje materno/paterno o las mujeres/hombres de la familia"

Un mito muy extendido entre algunas personas que se acercan a constelar es el hecho de que la "culpa" de un síntoma, patrón o destino específico que estamos viviendo, es de la familia o de parte de la familia y señalan directamente a destinos o patrones de los padres, abuelos o ancestros como causa de las dificultades actuales que estamos viviendo. Como si esto fuera una especie de “maldición” que se transmite generacionalmente.

La realidad es que el propósito de las constelaciones no es culpar a ningún miembro de la familia, sino más bien entender las dinámicas que están afectando al sistema familiar y encontrar soluciones para restaurar el orden y el equilibrio. En las constelaciones enfatizamos que todos los miembros de la familia actúan desde el amor, aunque a veces este amor pueda estar distorsionado o mal canalizado. Cada uno hace lo mejor que puede con lo que ha recibido y en el tiempo en que ha vivido.

En constelaciones no buscamos culpar, sino buscar, reconocer y honrar lo que ha sucedido en la historia familiar y en nuestra historia personal para así poder ver cómo esos eventos han influido en nosotros y en las generaciones actuales. Nuestro enfoque es de pura comprensión, amor y profunda acogida a lo que sucedió.

Los patrones que se repiten de generación en generación no son culpa de nadie, sino que se trata de una dinámica sistémica que se da porque el sistema ha necesitado de ella como un movimiento adaptativo para sobrevivir y continuar adelante.

Mito #5: "Las constelaciones familiares resuelven el karma familiar"

Algunas personas creen que las constelaciones familiares pueden "limpiar" o "resolver" el karma de una familia, y que constelando liberan a todos sus miembros de las cargas heredadas, asegurando una vida libre de problemas a partir de entonces.

Lo cierto es que las constelaciones no pretenden borrar el pasado ni el destino individual, sino ayudar a reconocer, integrar y sanar los eventos difíciles del sistema familiar. A través del trabajo de constelaciones buscamos desentrañar y desvelar las dinámicas inconscientes que suceden en el sistema familiar, integrar traumas no resueltos y comprender la naturaleza y el origen de ciertos patrones protectores que actúan repetidamente y en automático.

Cada individuo sigue siendo responsable de su vida y sus decisiones, y aunque las constelaciones pueden aliviar algunas de las consecuencias de los asuntos no resueltos de nuestros padres y ancestros, no garantizan una vida sin problemas ni desafíos. Nuestro enfoque no es el de evitar el destino, sino más bien el de enfrentarlo de forma más deliberada y consciente.

Mito #6: "Solo podemos constelar en grupo"

No es cierto, las constelaciones familiares pueden realizarse tanto en grupo como en sesiones individuales. Así como en los talleres grupales, los participantes representan a los miembros de la familia, en las constelaciones individuales podemos utilizar otras herramientas como muñecos, piezas, papeles en el sueño o incluso visualizaciones.

Ambos formatos pueden ser igualmente efectivos. En las sesiones individuales, el enfoque es más íntimo, mientras que, los talleres grupales, ya vengas constelando o como representante, son más experienciales y un viaje intenso debido a las muchas nuevas comprensiones, la energía compartida y la interacción entre los participantes.

Mito #7: "Constelar es peligroso"

Algunas personas creen que las constelaciones familiares pueden ser peligrosas, ya que exponen emociones profundas o traumas familiares, pero lo cierto es que una constelación llevada a cabo por facilitadores capacitados y experimentados no es de ninguna manera peligrosa, sino todo lo contrario. El proceso de una constelación permite que las emociones sean reconocidas y procesadas de manera amorosa y saludable.

Cuando el facilitador o la facilitadora maneja el proceso con sensibilidad y respeto, proporcionando un espacio seguro, el cliente pueda integrar lo que se revela en la constelación.

Mito #8: "Las constelaciones pueden generar dependencia emocional"

También existe la preocupación de que puedan generar dependencia emocional hacia el facilitador o hacia el método mismo, como si fuera necesario constelar constantemente para resolver problemas. Las constelaciones no están diseñadas para ser un proceso recurrente o continuo, sino que se trata de una herramienta terapéutica de carácter puntual, específicamente a la hora de trabajar constelando (no como representante). Un facilitador capacitado y ético fomenta la no dependencia empoderando al cliente para tome responsabilidad en lo que le corresponde.

Es importante entender que las constelaciones familiares son unas herramientas terapéuticas realmente profundas y poderosas y que, como con cualquier método, es esencial conocer acerca su verdadero propósito y funcionamiento. Estos mitos que hemos compartido suelen nacer de malentendidos o expectativas poco realistas. En realidad, las constelaciones no son ni mágicas ni una solución rápida. Se trata de un proceso de reconocimiento, sanación y liberación de dinámicas sistémicas inconscientes que tiene un impacto positivo y transformador en la vida de la persona.

Te invitamos a que te aproximes a esta herramienta con una mirada de amorosa apertura.

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