Qué es la culpa tóxica
La culpa tóxica es un tipo de culpa excesiva, persistente y dañina para nuestra salud mental y emocional. Así cómo la culpa saludable nos motiva a corregir errores y nos induce a actuar éticamente, la culpa tóxica no tiene ninguna función positiva y, adicionalmente, puede resultar disfuncional y causarnos un importante sufrimiento.
Una de las principales características de la culpa tóxica es que, con mucha frecuencia, es un sentimiento injustificado. Las personas que experimentan este tipo de culpa pueden llegar a sentirlo incluso en ocasiones en las que objetivamente no han hecho nada incorrecto. Otra forma de manifestar esta culpa tóxica es sintiendo culpa con una intensidad desproporcionada, incluso cuando la magnitud del error o el daño es mínima o con una duración prolongada en la que el sentimiento persiste a pesar de que el incidente que la provocó haya pasado hace tiempo.
Las personas con culpa tóxica tienden a ser muy crítica con ellas mismas, afectando negativamente a su autoestima, su autoconocepto y provocando sentimientos de inutilidad o falta de valía. Así mismo, puede llevar a una parálisis emocional en la que podemos incluso llegar a sentir que no merecemos ser perdonadas ni por nosotros mismo ni por los demás, perpetuando el ciclo de culpa.
En ocasiones, la intensidad de la culpa es tal que puede paralizarnos. Nos sentimos tan abrumados por los sentimientos de culpa que no somos capaces de tomar medidas para corregir nuestros errores.
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