El síndrome del impostor: origen del término
El síndrome del impostor es un término que acuñaron las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978 con la publicación de un artículo titulado "El fenómeno del impostor en mujeres de alto rendimiento: dinámica e intervención terapéutica". Este fenómeno psicológico consiste en el hecho de que la persona que lo padece, siente y cree que no es capaz o lo suficientemente buena, creativa o competente a pesar de las evidencias y hechos que demuestran lo contrario. La persona, convencida de su incapacidad, achaca sus logros a cuestiones externas como la suerte, la ayuda de otros, el destino e incluso la intervención divina.
Aunque las precursoras del término centraron su estudio en las mujeres, se ha podido observar que este puede afectar a personas de todos los géneros, razas, etnias y orígenes socioeconómicos. Aunque, en sí, el síndrome del impostor, no está catalogado como trastorno mental, puede tener un impacto significativo en la vida de las personas que lo experimentan.
En el estudio que dio origen al término, Clance e Imes identificaron tres patrones comunes entre las 150 mujeres de alto rendimiento que participaron:
- El primero de ellos es el perfeccionismo. Las mujeres tenían unos estándares extremadamente altos para sí mismas y nunca se acababan de sentir del todo satisfechas con su trabajo.
- El miedo al fracaso era otro de los patrones presentes. Su temor a fracasar era tan elevado que en muchas ocasiones evitaban asumir riesgos e incluso probar cosas nuevas por miedo a no hacerlo bien desde el principio.
- Otro de los patrones existentes era el de la atribución externa. Atribuían todos sus éxitos a factores externos a ellas como la suerte o la colaboración de terceras personas, negándose cualquier relación entre el éxito logrado y su aportación.
El estudio de estas dos psicólogas supuso un antes y un después para la comprensión de este síndrome. Si quieres conocer más sobre el síndrome del impostor, te invitamos a que leas este artículo en el que profundizamos en él desde la perspectiva de las partes de la personalidad.
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