La familia y lo sistémico

Según la teoría de sistemas, un sistema está compuesto por un conjunto de elementos que interactúan entre sí y con el entorno para lograr un propósito concreto o una función.

El propósito de la familia y, en sí mismo del propio ser humano es doble: en primer lugar la supervivencia, y una vez esta está asegurada, el desarrollo propio y de cada uno de los miembros de la familia. 

Más allá de ese doble propósito natural del sistema familiar, propósito del que a veces no somos conscientes del todo, la familia está influenciada por el contexto socio-económico y cultural donde habita, la historia familiar, los normas y valores adoptados por la familia y también por los eventos familiares con un especial impacto (por ejemplo: fallecimientos, desastres, etc...). En el ámbito de esas influencias se desarrollan dinámicas familiares que, en ocasiones, pueden ser más o menos armoniosas para el propio sistema familiar. 

En la mirada sistémica y a través de las constelaciones familiares y/o sistémicas, buscamos entender cómo funcionan estas dinámicas familiares y su relación con elementos y factores tanto externos como internos (herencia familiar, contexto social, historia, etc...).

Al identificar estas dinámicas, que en muchos casos funcionan a nivel inconsciente, se pueden liberar patrones y cargas que pueden estar afectando a uno o varios de los miembros de la familia o el sistema. Esos eventos, reacciones, formas de pensar u operar que antes saltaban de una manera inconsciente, ahora operan desde lo consciente y, más allá de la experiencia sanadora de la propia intervención sistémica; el hecho de que ahora opera desde lo consciente nos permite tomar responsabilidad sobre ello, decidir, acometer acciones, etc...

Lo inconsciente se vuelve consciente y deja de dominarnos. 

Si quieres conocer más acerca de la mirada sistémica y de las constelaciones familiares y sistémicas, puedes descubrirlo de una manera experiencial acudiendo a alguno de nuestros talleres.