Fortaleza y vulnerabilidad

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fortaleza y vulnerabilidad

Desde el mismo momento de nuestro nacimiento somos seres vulnerables. Nacer nos expone a la vulnerabilidad más absoluta: la dependencia, la pertenencia. Necesitamos del otro para sobrevivir y aún así tampoco lo tenemos del todo garantizado.

Sin embargo, muchos de nosotros nos empeñamos en vivir impertérritos y sin proporcionar el más mínimo alivio a esa vulnerabilidad propia de nuestra propia naturaleza humana.

A veces, pensamos que vulnerabilidad es sinónimo de debilidad y, desde mi punto de vista, nada más lejos de la realidad. Al que es débil le resulta complicado conectar con la vulnerabilidad por que, en realidad, le da miedo  "romperse",  "abrir la caja de los truenos",  "bajar al pozo"o simplemente le da miedo "sentir" por no exponerse a que le hagan daño.

En ese no permitirnos la vulnerabilidad hay veces que optamos por convertirnos en piedras, nos congelamos. Quizás uno piensa que es mejor no sentir que sentir ese dolor que no queremos tocar; aunque ese congelarse implique también dejar de sentirse vivo. 

Pero si hay un sitio en el que, históricamente, no está bien vista la vulnerabilidad es en el mundo de la empresa. Ahí, salvo honrosas excepciones, vulnerabilidad y debilidad sí que es sinónimo para muchos y si se quiere escalar en la cadena de mando hay que ser fuerte, poderoso, diría que a veces incluso rígido, no puedes equivocarte.

La vulnerabilidad tiene que ver con el dolor y también tiene que ver con el miedo. 

  • Vulnerable es cualquier persona que emprende un nuevo negocio sin tener la certeza absoluta de que vaya a salir bien, porque puede que no salga bien.  Sin ello no existiría el emprendimiento
  • Vulnerable es el que decide inventar o innovar en algo, porque no siempre saldrá a la primera. Sin ello la innovación no existiría
  • Vulnerable es el que decide aprender a tocar un instrumento o a practicar un nuevo deporte, porque no le saldrá bien a la primera. Sin ello no disfrutaríamos de la música ni del deporte
  • Vulnerable es el que se atreve a conocer a una nueva persona aún a riesgo de que no salga bien. Sin ello no tendríamos nuevos amigos, no conoceríamos nuevos amores, socios, compañeros.
  • Vulnerable es el que se atreve a explorar aunque aún no tenga mapa. Sin ello no habríamos descubierto nuevos sitios.
  • Vulnerable es el que se atreve a decir "te quiero", sin tener la certeza de que el otro te corresponda. 
  • Vulnerable es quién se atreve a mirar su herida. No puedes curar tu herida sin mirarla. Ni siquiera puedes ponerle una tirita.
  • .....

Y en estos casos, y yo diría que en todos,  lo valiente no es ser fuerte. Lo valiente, realmente, es permitirse ser vulnerable.

Fingir que no eres vulnerable es francamente agotador. Es vivir huyendo de ti mismo, es resistirse a la experiencia de ser humano.

 

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